Bienvenidos al Renacimiento

lunes, 29 de octubre de 2012

l redescubrimiento de textos científicos antiguos durante el Renacimiento se aceleró después de la caída de Constantinopla, en 1453 y la invención de la imprenta democratizaría el aprendizaje y permitiría una propagación más rápida de nuevas ideas.En este período inicial, el Renacimiento es visto a menudo como un retroceso científico. Historiadores como George Sarton (1884-1956) y Lynn Thorndike (1882-1965) han criticado cómo el Renacimiento afectó a la ciencia, argumentando que el progreso fue demorado. Los humanistas favorecieron los temas centrados en el hombre, como política e historia, sobre el estudio de la filosofía natural o la matemática aplicada. Otros se han focalizado en la influencia positiva del Renacimiento puntualizando factores como el redescubrimiento de muchísimos textos ocultos o perdidos, y el nuevo énfasis en el estudio de la lengua y la correcta lectura de textos. (lado izquierdo)
A partir del renacimiento medieval del Siglo XII, Europa experimentó una revitalización intelectual especialmente relacionada con la investigación del mundo natural. En el Siglo XIV, sin embargo, acontecieron una serie de eventos que se conocerían luego como la "Crisis del medioevo tardío". La Peste negra de 1348 produjo el fin del periodo previo de masivos cambios científicos. La plaga mató a un tercio de la población europea, especialmente en las ciudades, donde estaba el corazón de la innovación. Recurrencias de la plaga y otros desastres causaron una declinación continua de la población durante un período de cien años.(lado derecho)
Música del Renacimiento

el renacimiento


viernes, 26 de octubre de 2012

principales representantes del renacimiento

Principales Representantes Del Renacimiento







IMAGENES










DATOS IMPORTANTES: RENACIMIENTO

l Renacimiento es un movimiento cultural que surge en Italia en torno al 1400. Marca el salto de la época Medieval a la Edad Moderna y trae consigo una gran transformación cultural, no sólo de las artes, sino también de las ciencias, de las letras y de las formas de pensamiento.

El Renacimiento se caracteriza por el rechazo de muchos de los principios del conocimiento medieval y por la admiración de antigüedad grecorromana. Pretende recuperar el saber clásico, en el que busca una nueva escala de valores para el individuo. Frente a la sociedad medieval, en la que todo giraba en torno a la idea de Dios, durante el Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como fuente del conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y de la investigación. (lado izquierdo)
Los rasgos esenciales son el redescubrimiento de la cultura clásica griega y romana, el Humanismo y el antropocentrismo. El arte renacentista girará en torno al ser humano, pero eso no significa que deje de ser religioso, sino que además de la Iglesia, aparecerán nuevos mecenas como, por ejemplo, los ricos comerciantes o la monarquía.

Gracias al nuevo mecenazgo, el arte deja de desempeñar exclusivamente funciones religiosas y aparecen nuevos géneros y temas como los retratos, el desnudo, el paisaje o los cuadros mitológicos. Y además de iglesias, también se construyen palacios, ayuntamientos, universidades, etc. (lado derecho)



miércoles, 24 de octubre de 2012

EL RENACIMIENTO





EL RENACIMIENTO

Se denomina Renacimiento al movimiento cultural que surge en Europa el siglo XIV, caracterizado por un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte.

El renacimiento italiano se origina en las ciudades que florecieron en el centro y norte de Italia, como Florencia, Milán y  Venecia, •su riqueza fináncialos logros culturales renacentistas. El renacimiento se origina en los siglos XIV y XV y su apogeo es en el siglo XVI. •De Italia se extiende lentamente por Europa, excepto Rusia.

Qué fue el Renacimiento

Como ya lo expresamos, se denomina Renacimiento al fenómeno cultural o movimiento de revitalización cultural que surge en Europa Occidental durante el siglo XIV, que se desarrolla en los siglos XV y XVI y que se muestra como característica esencial su admiración por la antigüedad grecorromana. Este entusiasmo, que considera las culturas clásicas como la realización suprema de un ideal de perfección, explica el calificativo de Renacimiento, pues en verdad se trataba de un renacer, de un volver a dar vida a los ideales que habían inspirado aquellos pueblos. En principio, se aspiró a una renovación en todos los aspectos de la cultura humana, filosofía, ética, moral, ciencia, etcétera encaminada a la hechura de un hombre que fuera compendio y resumen de todas las perfecciones físicas e intelectuales. Pero lo más característico de esta época es la separación entre lo cívico y lo religioso.
También se puede afirmar que el Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo, por tanto, más allá de lo puramente artístico como ha querido verse.
La educación empieza a cobrar una importancia primordial y, como las normas medievales no funcionan, se acude a los clásicos de la Antigüedad, quienes actúan como modelos y estímulo. La recopilación de los códices antiguos, el análisis y asimilación del espíritu que animaba a griegos y romanos constituye el movimiento denominado Humanismo.
El término Renacimiento, entonces, simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de la mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por un cierto antropocentrismo.
Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope considerada  como su inicio es 1492, cuando ocurre el descubrimiento de América.
El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca.
El Renacimiento es, ante todo, un espíritu que transforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto, como ya dijimos, se ha visto una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media; sin embargo, la ruptura no se produce de manera violenta.
Durante buena parte del siglo XV se mantienen las formas del arte medieval, iniciándose una convivencia entre los clasicismos, que poco a poco van a ir imponiéndose a los elementos góticos en autores como Brunelleschi o Fra Angelico que ensayan movimientos que posteriormente se van a desarrollar. Esta serie de fenómenos nos dan a entender que hablar de ruptura no es del todo correcto, es quizá más una evolución que nos permite comprender mejor ciertas manifestaciones del siglo XV.

*Orígenes del Renacimiento

El Renacimiento tuvo su origen en Italia en los siglos XIV y XV, llegando a su apogeo al iniciarse el siglo XVI. De Italia se extiende lentamente por Europa excepto Rusia.
En el transcurso de los cincuenta años que van desde 1520 a 1570, discurre la madura plenitud del Renacimiento y también se percibe su ocaso. Toda la Europa de Occidente toma parte ahora en el movimiento de las artes y de las letras.
La recepción de los gustos italianos se generaliza, los grandes maestros surgen ya no sólo en Italia, sino en todo el ámbito de las monarquías occidentales. Pero el desarrollo normal de la cultura renacentista se ve afectada por el hecho simultáneo de las luchas religiosas derivadas de la revolución protestante.
Las transformaciones culturales del Renacimiento
En cuanto a cultura y modo de vida en el Renacimiento, se puede decir que mientras en la era anterior, que a su vez marca el principio del renacimiento, la gente vivía dentro de grandes propiedades de nobles de la época llamadas feudos y cada uno de estos tenía dentro de sus propiedades todo lo que necesitaba para ser autosuficiente, ahora se cambia este tipo de vida y comenzaron a desarrollarse propiamente lo que son las ciudades y las villas o poblaciones, pasando poco a poco el dominio de la comunidad a los comerciantes y fabricantes de todo tipo de bienes (tanto de necesidad como suntuarios) y que la gente, ya fuese noble o plebeya, requería o deseaba poseer.
En el Renacimiento cabe destacar también el desarrollo de la arquitectura, así como la creación de grandes obras de la literatura universal como "La Divina Comedia", de Dante Alighieri; obras también surgieron de Francisco Petrarca y Juan Boccaccio y muchos otros literatos.
Que el origen del Renacimiento sea italiano es porque Italia es fundamental por su pasado histórico que ahora se quiere recuperar e impulsar. Además hay otro factor relevante y es que en Italia nunca hubo un arraigo total y fuerte de lo medieval como ocurrió en el resto de Europa, precisamente porque aún estaba latente el espíritu clásico.
Las Cruzadas habían intensificado el tráfico comercial entre Oriente y Occidente, enriqueciendo especialmente a las ciudades italianas Venecia, Génova, Pisa y Florencia. Dentro de sus muros y al amparo de sus escuadras, un grupo de banqueros, comerciantes, industriales y artesanos consiguieron la seguridad y la libertad para el despliegue de sus capacidades personales.
Estos burgueses aprendieron, mediante la experiencia personal y colectiva, que el éxito de sus empresas económicas dependía de la capacidad para calcular y anticiparse a las circunstancias mediante decisiones oportunas. Su posición individual en la sociedad no dependía del nacimiento ni del arbitrio del señor ni de la voluntad divina, sino de sí mismos.
Políticamente, Italia se organizó en torno a ciudades-estado que obtuvieron un gran auge artístico y político encabezadas por Florencia.
En el Renacimiento, entonces, la historia de Italia es la de sus cinco estados principales: Florencia, Milán, Nápoles, Venecia y el Papado. Las constantes luchas por ampliar las fronteras hicieron posible la creación de un nuevo grupo social: los Condottieri, que  eran personajes especializados en la guerra, grandes estrategos que estaban generalmente al mando de una compañía, aunque, en última instancia, su suerte la decidían el poder, las necesidades, los objetivos y los recursos del príncipe o Estado al que servían.
Las guerras entre los estados italianos se hacían mediante contratos, por tanto, a través de los condottieri, durante casi dos siglos. Esta tradición seudo-mercenaria se hizo presente en Europa desde el siglo XIII, gracias en parte al desarrollo económico de las ciudades, el crecimiento demográfico y la tradición de las Cruzadas, haciendo posible que parte de la clase de terratenientes se aúnen para producir un gran excedente de grupos armados fuertemente cualificados.
Desde finales del siglo XV los condottieri fueron personajes para los que la guerra era una empresa esporádica más que una actividad permanente; la clave de este sistema se basaba en la condotta, contrato en el que se especificaban las condiciones de los servicios prestados por el capitán y sus soldados y su retribución por ellos.
Este tipo de contrato se utilizó en otros ámbitos, gracias al nacimiento de una fuerte burguesía próspera que buscaba su propio beneficio. Nace ahora la clientela, debido a que la economía se va liberando y van tomando autonomía los pequeños comerciantes y banqueros que, con su mecenazgo, van a impulsar relaciones comerciales a nivel nacional e internacional.
Pero este movimiento de capital no estaba controlado por un Estado fuerte que promoviera dichas iniciativas, sino que generalmente funcionaban como empresas privadas, gestionadas a menudo sobre una base familiar, subordinándose a la iniciativa de un linaje o clase social acomodada. Generalmente se trataba de aristócratas que no eran miembros de la nobleza ni pretendían serlo, y, sin embargo, eran reconocidos como personajes de alto prestigio en la sociedad renacentista. Se mantenían al margen de la corte, valiéndose de la situación de que el príncipe o monarca no conocían los mecanismos financieros, abriéndose para ellos un campo extraordinario de oportunidades como operadores económicos o intermediarios entre ellos financiando algunos de los gastos extraordinarios de la corte. Pero aun sin pertenecer a la clase nobiliaria y eclesiástica, gracias a su capital
Ya hemos dicho antes que el Renacimiento surgió en Italia, pero, además, el Renacimiento del siglo XV se da sólo en este país. Se puede decir que en Francia, España y Alemania hacia 1450 a 1500 ya se conoce este movimiento, pero no se desarrolla plenamente hasta el siglo XVI.
El renacer de Italia estuvo ligado a la idea de la recuperación de la grandeza de Roma, que tras la caída del Imperio Romano, y un periodo de anarquía y confusionismo, desde el quattrocento se trata de romper con esa etapa bárbara para volver a esa idea de grandeza latina. La pérdida de poder de la iglesia hizo que se propagaran las herejías, que a fines del siglo XVI propiciarán la Reforma Protestante.

En esta época el Imperio Bizantino se tambaleaba por los turcos; la economía europea estaba en crisis y las revueltas se propagaban. Esta etapa de crisis afectó al pensamiento: el escolasticismo de la Edad Media cae en un escepticismo radical. Los primeros pensadores cristianos concedían una primacía al espiritualismo sobre lo material, existía una visión providencialista, el poder de los Papas sobrepasaba al de los Príncipes y esto dio lugar a inicios del Renacimiento a enfrentamientos entre ambos poderes.

Teorías de inicios del Renacimiento proponen que el gobierno es una institución terrenal pero de origen divino. Surgen entonces nuevos pensadores que renuevan la teoría política, exigiendo la separación de poderes: el gobierno es una institución terrenal de invención humana que no tiene nada que ver con la divinidad. Uno de los primeros teóricos en afirmar esta otra teoría fue Dante, que, en su obra De Monarquia defiende la autoridad civil sobre la eclesiástica. Otros tantos pensadores también proponen esta división.

La teoría política de este periodo llega a su apogeo con Nicolás Maquiavelo, pensador que influirá posteriormente en el pensamiento del Barroco. Como secretario de la Cancillería florentina, cumple numerosas misiones al servicio del gobierno de su ciudad. Es un excelente observador y en sus escritos refleja el apasionante mundo político de su época.
Su vida y personalidad se hubiera limitado a la urgente y múltiple actividad diplomática si sus rivales no le hubieran enviado al destierro durante doce años. En el retiro redacta las obras que lo han inmortalizado. En ellas se presenta un conjunto de máximas prácticas, sugeridas por sus observaciones personales y el estudio de la historia romana.

Maquiavelo propone por primera vez la total separación de poderes entre la Iglesia y el Estado, pero incluso fue más allá: en su obra Discursos afirmó que el objetivo de un buen gobernante debía ser el bienestar de su comunidad, por tanto el soberano podía saltarse cualquier cuestión moral, ética o religiosa.

La polémica estaba servida en los núcleos eclesiásticos, culminando con la Reforma. Todas estas ideas fueron posibles también gracias a los avances científicos de este periodo. La ciencia cobrará un fuerte desarrollo gracias al humanismo y la inquietud intelectual.

El humanismo tiene sus antecedentes en plena Edad Media, en la modernidad del pensamiento de Abelardo, filósofo francés del siglo XII, que propugno una filosofía individualista ensalzando la grandeza humana, en un momento en que domina la idea de Dios sobre lo terrenal.

El término Humanismus fue acuñado en 1808 por el
Alemán Netharmer, refiriéndose al valor formativo en la educación de los clásicos grecolatinos. El humanista del Renacimiento era por definición un erudito, un hombre culto, enamorado de la antigüedad y preocupado por el estudio de todas las disciplinas en el campo del saber. Se siente atraído por la filosofía de Platón.

El hombre humanista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el
Estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofía, arte... El ideal es un hombre completo, armónicamente desarrollado en lo físico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo.

El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayudó a la difusión del conocimiento por todas las cortes europeas.

El hombre en el terreno científico trata de profundizar en las aplicaciones y fundamentos de la ciencia; así hay un gran desarrollo de la oftalmología; las cátedras de cirugía y anatomía en las Universidades serán desarrolladas por los médicos que se van dirigiendo cada vez más por el camino práctico como Miguel Servet, quien publicó el Tratado de Terapéutica donde manifiesta ser el descubridor de la circulación pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulación de la sangre.

La astronomía fue uno de los campos más importantes en el progreso científico, que influirá en el cambio de pensamiento de los europeos gracias a la obra de Copérnico De Revolutionibus Orbium Caelestium donde tira por la borda las teorías geocentristas de Ptolomeo, afirmando un sistema heliocéntrico que explica de manera más efectiva los fenómenos astronómicos observados. Se producen también extraordinarios inventos en el campo de la navegación, impulsados por el descubrimiento de América: aparecen el astrolabio y el nocturlabio, la carta náutica o portulano, inventos que facilitaron la navegación y el afán de aventura y conquista de nuevos territorios.

A partir del siglo XVI estos conocimientos comienzan a difundirse por toda Europa.


El Humanismo
El humanismo (representantes principales Maquiavelo, Tomas Moro) como tema hace referencia, principalmente en los grandes pensadores de la época, tanto en lo cultural como en lo histórico a seis aspectos generales:
1.- Antropocentrismo (es decir enfoque en el ser humano) en lugar de Teocentrismo (enfoque en Dios), ya que las principales ideas y obras del renacimiento buscan tributar honor al hombre, centro de sus preocupaciones y su inspiración.
2.- Retorno a los cánones griegos: tanto la escultura como la pintura retoman los ideales clásicos y griegos como modelo de sus obras.
3.- Preponderancia de las artes sobre la ciencia y la filosofía.
4.- Reforma protestante: a partir del siglo XVI el cristianismo comienza a verse divido por gran variedad de religiones protestantes, cuyo principio básico, que es el libre examen, tratará de echar por tierra la autoridad papal.
5.- Fin del Feudalismo: como ya se había mencionado con anterioridad, la desaparición de los feudos por las necesidades del comercio con otras partes del mundo, lo cual traerá consigo el nacimiento de ciudades y estas a su vez el nacimiento de naciones.
6.- Inventos y descubrimientos: Principalmente entre los primeros la imprenta y en los segundos el continente americano y con los segundos el nacimiento de los grandes imperios como el Español y el Inglés.


LITERATURA DEL RENACIMIENTO

La literatura renacentista forma parte de un movimiento más general del Renacimiento que experimenta la cultura occidental en los siglos XV y XVI, aunque sus primeras manifestaciones pueden ser observadas en la Italia de los siglos XIII y XIV. Se caracteriza por la recuperación humanista de la literatura clásica grecolatina y se difunde con gran pujanza gracias a la invención de la imprenta hacia 1450.
La novedad afecta tanto a los temas como a las formas. Entre los primeros cabe destacar el antropocentrismo, el interés por la naturaleza y la recuperación de la mitología clásica. La filosofía recupera las ideas platónicas y las pone al servicio del cristianismo. La búsqueda del placer sensorial y el espíritu crítico y racionalista completan el ideario de la época. En cuanto a los aspectos formales, se recupera la preceptiva clásica (cuya raíz está en la Poética de Aristóteles) y se desarrollan nuevos géneros (como el ensayo) y modelos métricos (entre los que destaca el soneto).

Los precedentes de Dante, Petrarca y Boccaccio dan lugar a un esplendor de la literatura renacentista en Italia en el siglo XVI. La figura directriz del gusto poético renacentista de ese siglo será Pietro Bembo, que escribió canciones petrarquistas y sonetos, pero sobre todo, se erigió en el árbitro de la literatura italiana de su tiempo, que fue el centro de irradiación internacional de este movimento.





MUSICA DEL RENACIMIENTO

La música del Renacimiento o música renacentista es la música clásica europea escrita durante el Renacimiento, entre los años 1400 y 1600, aproximadamente. Las características estilísticas que definen la música renacentista son su textura polifónica, que sigue las leyes del contrapunto, y está regida por el sistema modal heredado del canto gregoriano. Entre sus formas musicales más difundidas se encuentran la misa y el motete en el género religioso, el madrigal, el villancico y la chanson en el género profano, y las danzas, el ricercare y la canzona en la música instrumental. Entre los compositores más destacados de este periodo se hallan Josquin Desprez, Palestrina, Orlando di Lasso y Tomás Luis de Victoria Géneros y formas

Música religiosa

En Misas, magníficat, motetes, salmos y otras varias composiciones, Madrid, tipografía regia, 1600.
Durante este período la música religiosa tuvo una creciente difusión, debida a la exitosa novedad de la impresión musical, que permitió la expansión de un estilo internacional común en toda Europa (e incluso en las colonias españolas en América). Las formas litúrgicas más importantes durante el Renacimiento fueron la misa y el motete.
La misa cubría el ciclo del ordinario (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus y Agnus Dei) y se le solía dotar de unidad al basarse en material preexistente. Para ello se seguían dos procedimientos de composición principales:
Misa de cantus firmus: el autor toma una melodía preexistente, bien procedente del canto llano o bien de alguna canción profana, o incluso popular, y la sitúa en una de las voces, habitualmente la llamada Tenor. Las otras voces son creadas ex novo, completando una textura generalmente a cuatro voces, y son llamadas Cantus o Superius, Contratenor Altus (luego Altus) y Contratenor Bassus (luego Bassus). De estas denominaciones proceden los nombres actuales de las voces según sus tesituras. La misa de cantus firmus es típica del siglo XV; ejemplos de ella son las innumerables basadas en la canción L'homme armé, tales como las de Dufay, Busnois, Ockeghem, Guerrero, Morales, Palestrina...
Una variante de este tipo de misa es la de paráfrasis, en la que la melodía preexistente es fragmentada y repartida entre las cuatro voces, como ocurre en la Misa Pange Lingua de Josquin Desprez.
Misa parodia o de imitación: el compositor toma un motete o una canción polifónica anterior (propio o de otro autor), este ya de tipo polifónico, y utiliza el material melódico y armónico: motivos de imitación, cadencias típicas o a veces incluso fragmentos completos, pero reelaborando el material, añadiendo motivos y a veces voces nuevas, y siempre, naturalmente, cambiando el texto. Este es el procedimiento habitual en el siglo XVI, como ejemplifican la Misa Malheur me bat de Josquin Desprez, basada en una canción de Ockeghem, o la Misa Mille regretz de Cristóbal de Morales, basada a su vez en una canción de Josquin.
El motete renacentista era una pieza polifónica de texto sacro y en latín. Deudor en un principio del motete medieval, del cual procedía, pronto asumió una continua textura imitativa de voces de igual importancia (en número cada vez mayor: cuatro en el siglo XV, cinco o seis a finales del XVI), con frases musicales imbricadas y nuevos motivos para cada frase textual. En el motete el autor generalmente creaba material puramente original, sin tomar préstamos ajenos como en la misa. En el siglo XVI se desarrollan amplios motetes bipartitos y, en la escuela veneciana, los policorales, para ocho o incluso doce voces. Ejemplos sobresalientes de motete renacentista son el Ave María de Josquin o el Lamentabatur Jacob de Morales.
Géneros sagrados importantes, ya en lengua vernácula, fueron el villancico religioso español, el madrigal espiritual, la lauda italiana y el coral luterano.
Música vocal profana
Un gran número de impresos y cancioneros manuscritos nos han hecho llegar el amplísimo repertorio polifónico profano renacentista. Aquí sí es posible reconocer formas peculiares de cada país:
En Italia, la villanella, la frottola y el madrigal.
En España, el romance, la ensalada y el villancico.
En Francia, una vez superadas las formas fijas medievales aún vigentes en la escuela borgoñona (rondeau, virelay, ballade) se creó la peculiar chanson polifónica parisina.
En Inglaterra se imitó el estilo madrigalístico italiano, apareciendo hacia 1600 la canción con laúd isabelina.
Hacia el final del período aparecen los primeros antecedentes dramáticos de la ópera tales como la monodia, la comedia madrigal y el intermedio.




ARTE DEL RENACIMIENTO

El concepto Renacimiento se aplica a la época artística que da comienzo a la Edad Moderna. El término procede de la obra de Giorgio Vasari "Vidas de pintores, escultores y arquitectos famosos", publicada en 1570, pero hasta el siglo XIX este concepto no recibe una amplia interpretación histórico-artística.
Sin embargo, Vasari había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista.
De hecho el Renacimiento rompe, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que califica, con pleno desprecio, como un estilo de bárbaros o de godos. Y con la misma consciencia se opone al arte contemporáneo del Norte de Europa.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significa una ruptura con la unidad estilística que hasta ese momento había sido supranacional.


ARQUITECTURA DEL RENACIMIENTO

Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella producida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la Historia de la Arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el Gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del Arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las Bellas Artes..
Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas de construcción y materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron en una adecuada y completa teorización.
Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos, que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad, marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí mismos, y acabaron por conseguir esa consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la concepción integral del humanismo renacentista. Conocemos poco de los maestros de obras románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y objeto del estudio de tratadistas contemporáneos.


PINTURA RENACENTISTA

Arquitectura del Renacimiento o renacentista es aquella producida durante el período artístico del Renacimiento europeo, que abarcó los siglos XV y XVI. Se caracteriza por ser un momento de ruptura en la Historia de la Arquitectura, en especial con respecto al estilo arquitectónico previo: el Gótico; mientras que, por el contrario, busca su inspiración en una interpretación propia del Arte clásico, en particular en su vertiente arquitectónica, que se consideraba modelo perfecto de las Bellas Artes..
Produjo innovaciones en diferentes esferas: tanto en los medios de producción (técnicas de construcción y materiales constructivos) como en el lenguaje arquitectónico, que se plasmaron en una adecuada y completa teorización.
Otra de las notas que caracteriza este movimiento es la nueva actitud de los arquitectos, que pasaron del anonimato del artesano a una nueva concepción de la profesionalidad, marcando en cada obra su estilo personal: se consideraban a sí mismos, y acabaron por conseguir esa consideración social, como artistas interdisciplinares y humanistas, como correspondía a la concepción integral del humanismo renacentista. Conocemos poco de los maestros de obras románicos y de los atrevidos arquitectos de las grandes catedrales góticas; mientras que no sólo las grandes obras renacentistas, sino muchos pequeños edificios o incluso meros proyectos, fueron cuidadosamente documentados desde sus orígenes, y objeto del estudio de tratadistas contemporáneos.


Rafael Sanzio, El triunfo de Galatea, pintura al fresco de la Villa Farnesina. Esta obra refleja la importancia de la cultura clásica en la pintura renacentista.
En la unidad de la composición, de la perspectiva, de la anatomía y morbidez muscular y de la belleza exterior física tendiendo a imitar la naturaleza con desenvoltura e inspirándose a la vez los artistas en las obras clásicas escultóricas.
Por razón de los asuntos, en la universalidad de ellos, dando mucha entrada a los mitológicos apenas tratados en la época anterior y cultivando singularmente el retrato y las historias. Y aunque no se olvidan los cuadros religiosos, carecen éstos por lo común de la idea y unión mística de la época precedente (sobre todo, en las Vírgenes o Madonnas) y hasta desvían con frecuencia el ánimo de la verdadera piedad. Aunque está plena de religiosidad, cada artista busca su propio estilo, en donde el retrato y la representación del paisaje tienen mucha importancia.
Por razón del procedimiento, se distingue en el abandono definitivo de los realces y dorados, en la predilección por los lienzos sin tabla y en la adopción casi exclusiva de la pintura al óleo, salvo las decoraciones murales al temple y al fresco.
La historia moderna de la pintura se inicia con los aportes de los maestros del Renacimiento. Florencia y Roma durante los siglos XV y XVI son la cuna de dicho movimiento que establecerá a través de la perspectiva, la proporción, la anatomía y el descubrimiento y uso del óleo, una manera de pintar realista o verista que no se había dado antes.

El Renacimiento surge en Italia y se va extendiendo progresivamente por Europa, con mayor o menor calado, según los países. Surgieron innumerables centros o
Escuelas de pintura, sobre todo, en Italia, influyéndose mutuamente unas en otras a pesar de sus divergencias. No existe unanimidad crítica a la hora de distinguir las aludidas agrupaciones de artistas ni es uniforme el

Italia fue el foco primero y principal del Renacimiento en todas sus manifestaciones, del siglo XV al XVI. La pintura del Quattrocento no se desarrolló primero en Florencia sino en otro lado, con la obra de Fra Angelico y sobre todo de Masaccio, que creó una nueva sensibilidad, totalmente ajena al gótico. Logra la sensación de espacio a través del uso metódico de la perspectiva lineal, como puede verse en la Trinidad de Santa María Novella (h. 1420-1425). Esta investigación sobre la geometría y la matemática fue seguida por Paolo Ucello, Andrea del Castagno y Piero della Francesca y Fra Filippino Lippi. La siguiente generación de artistas florentinos logró un mayor refinamiento: Benozzo Gozzoli, Domenico Ghirlandaio y, sobre todo, Sandro Botticelli.
En la segunda mitad del siglo XV surge una escuela pictórica en el centro de Italia, preocupada ante todo por crear el espacio en el que se mueven los personajes de sus cuadros, esforzándose por crear sobre todo paisajes ordenados y realistas. En Umbría se destacó Perugino, maestro de Rafael, así como Pinturicchio y Luca Signorelli. En la misma época, el renacimiento alcanzó el norte de Italia, surgiendo escuelas regionales de marcada personalidad: Andrea Mantegna es el pintor más importante de Padua, cuya influencia llega a la refinada corte de Ferrara, donde trabajaron Cosme Tura y Francesco del Cossa. Carácter especial presenta Venecia, en contacto constante con oriente, lo que da a este centro artístico un aire diferente, en el que el color predomina sobre la línea y el paisaje sobre la persona humana, justo a la inversa de lo que ocurre en Florencia. Los más sobresalientes pintores venecianos de la época fueron los Bellini, en particular Giovanni Bellini. Trascendente en la evolución del renacimiento veneciano es la obra de Antonello da Messina, pintor siciliano que se formó en Flandes y que acabó viviendo en Venecia, aportando la minuciosidad flamenca.

La segunda fase del renacimiento italiano es el Cinquecento, en el que descollan los tres grandes nombres de la pintura renacentista: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, cuya prodigiosa labor en la Capilla Sixtina constituye una de las obras cumbres del Renacimiento.
A mediados de siglo, tras la muerte de los grandes maestros, y en medio de una crisis social generalizado, la pintura se hace manierista, notándose primero en Florencia y Roma con Andrea del Sarto, Pontormo, Bronzino, Vasari y Volterra. En Parma surge una escuela particularísima cuya figura más sobresaliente es Antonio Allegri da Correggio, precursor del ilusionismo barroco con su decoración de la cúpula de la iglesia de San Juan Evangelista de Parma (1520–1523). Su discípulo Parmigianino representa obras con figuras elongadas, como la llamada Madonna del cuello largo (1540). Esta es la época en que aparecen los grandes maestros venecianos, con obras plenas de sensualidad y colorido: Giorgione, Tiziano, Veronés y Tintoretto.
Pintura holandesa

Las escuelas holandesas empiezan con Lucas van Leyden (1494-1533) quien se formó en el estilo de los flamencos italianistas como lo revelan sus cuadros del Sermón en el Museo de Ámsterdam y el San Jerónimo y la Virgen con el Niño en el de Berlín. Muy pronto la invasión del protestantismo disipó el verdadero ideal en la pintura holandesa y aunque sigue italianizante en el siglo XVI se limitan los asuntos a pintar las costumbres y paisajes del país. Martin van Heemskerck fue uno de los principales retratistas, aunque también se dedicó a la pintura de historia. En Holanda surgen los primeros retratos colectivos, en los que se destacará Frans Hals (1580-1666), de la ciudad de Haarlem.
Pintura alemana
El renacimiento alemán recogió, por un lado, las características expresionistas de la pintura religiosa gótica del siglo XV y, por otro, la influencia del Quattrocento italiano. Matthias Grünewald es el seguidor más cercano de esa tradicion germánica. Las escuelas alemanas del Renacimiento deben su origen y casi toda su personalidad a tres relevantes pintores que florecen durante la primera mitad del siglo XVI: Alberto Durero, Hans Holbein el Joven, y Lucas Cranach el Viejo. Gran importancia en la creación del género del paisaje Albrecht Altdorfer, creador de la Escuela del Danubio.
Durero (1471-1528), natural de Núremberg, reunió influencias de diferentes artistas italianos y flamencos a quienes visitó en sus países y fue a la vez pintor, grabador, escultor, ingeniero, humanista y publicista sobresaliendo especialmente en el arte del grabado y el retrato. Se distinguen sus obras por la originalidad en la invención, la fantasía en la concepción y la fuerza en el dibujo. Pero más bien debe considerarse como pintor de transición del estilo gótico al Renacimiento. A pesar de sus amistosas relaciones con los líderes del protestantismo, se conservó siempre católico y pintó con sentimiento religioso sus obras maestras.




Hans Holbein, llamado «el Joven» (1497-1543) por ser hijo del otro Holbein pasa hoy como el mejor representante del Renacimiento clásico alemán y continuador de la escuela de Augsburgo, distinguiéndose como grabador y más aún como retratista. Sus principales obras son el cuadro de la Virgen del Burgomaestre, los retratos de Enrique VIII y de Erasmo y los grabados del Alfabeto de la muerte.
Cranach el Viejo (1474-1553) fundador de la escuela de Sajonia, se distinguió como retratista siendo inferior a los otros en los demás géneros que cultivó incluso el religioso, el mitológico y el fantástico y refleja en sus cuadros aún más que Durero el espíritu de grabador antes mencionado. Se le considera como el pintor oficial de la reforma pues hizo los retratos de Lutero y Melanchton. Su hijo y discípulo, Cranach el Joven, siguió con su escuela y espíritu aunque puso menos fuerza en el dibujo y trazó más a la ligera sus numerosos cuadros.
Desde la segunda mitad del siglo XVI puede darse por acabado el arte alemán en pintura y escultura, por efecto de las sangrientas luchas que provocó la Reforma protestante y haberse entregado los medianos pintores que les sucedieron a la rutinaria imitación de obras extranjeras. Aun los buenos artistas de la mejor época más bien descollan como dibujantes y grabadores que como pintores verdaderos y a pesar del colorido se refleja a menudo en sus cuadros el excesivo estudio de la línea, en detrimento de los valores pictóricos. Tal vez influyó demasiado en dichas obras el espíritu del grabador, que tanto sobresalía en las escuelas alemanas al igual que el arte decorativo de objetos. A final de siglo, en la corte de Praga trabajó Giuseppe Arcimboldo.